CÓNCAVO Y CONVEXO
La propuesta tiene en su inicio un objetivo lúdico de jugar con las superfices cóncava y convexa como soporte para la representación de dibujos.
En la obra “espejo cóncavo” se alude de manera simbólica al selfie, ese comportamiento social incrementado en los últimos tiempos, en esa búsqueda de seguridad, estima y autorrealización.
A través de la mirada y reconstrucción de uno mismo la protagonista toma el control sobre su propia imagen; la sonrisa ensayada, la mirada profunda. mostrando al espectador un reflejo en el que observarse y proyectar su mirada única en determinado ángulo y luz.
El reflejo de uno mismo transforma la experiencia de mirar, creando un territorio en el que el mismo y el otro pueden encontrarse en el espacio silente del significado.
En la obra retrato convexo se da el ejercicio de la mirada hacia el otro, el problema social de la migración, gente que emigra buscando mejores oportunidades, un futuro mejor para los suyos, se ve representado en el retrato de un migrante adolescente indocumentado en un ambiente de pobreza e inseguridad e incertidumbre, dentro del uso de lo convexo (hacia afuera) una búsqueda por hacer visible esta problemática.